Consulado 5.1

Kunst & Zwalm 2003

Rozebeke, Zwalm, Bélgica. Agosto / Septiembre 2003

Desde hace algunos años los artistas visuales reinterpretan, reproducen y utilizan en sus proyectos todos los productos culturales disponibles y esto ha supuesto la inclusión dentro del campo del arte de formas anteriormente excluidas, ignoradas o simplemente despreciadas. Se han incorporado así al arte contemporáneo discursos adoptados de otras disciplinas y de otros campos teóricos. Estas estrategias no se basan simplemente en incorporar o reproducir imágenes de imágenes, ni lamentarse de que todo está dicho, si no de inventar o proponer protocolos de utilización para los modelos de representación y para las estructuras formales ya existentes. Se trata de adoptar, de apoderarse de los códigos de la cultura, de las conductas y de las formalizaciones de la vida cotidiana, de las obras del patrimonio y hacerlos funcionar en otro contexto. El objetivo es aprender a utilizar estas estructuras apropiándoselas con la intención de dotarlas de contenidos diferentes y generar una reflexión crítica respecto a su inmutabilidad.

El trabajo de los últimos años de Pep Dardanya se desarrolla en este contexto. A través de sutiles experimentos antropológicos, generalmente de carácter efímero, provoca relaciones entre agentes sociales antagónicos con el objetivo de generar una reflexión sobre como negociamos la realidad, aparentemente inmutable, a partir de los contactos que se producen en el espacio público o en el espacio expositivo. En la mayoría de los casos, sus proyectos se generan a partir de la relación con personas del entorno cotidiano propio con el objetivo de incorporar sus experiencias a los proyectos. En las instalaciones efímeras reconstruye espacios estándar del espacio público pero cambiando el contenido. Estos espacios colonizados o secuestrados por contenidos diferentes serán las plataformas donde se producirá el diálogo con las experiencias de los protagonistas de los proyectos. El diálogo que se establece, entre las reconstrucciones de estos espacios secuestrados y la interacción con los usuarios, es el que dotará de sentido las instalaciones. Esta estrategia dialógica, cómo podríamos denominarla, es la manera más eficaz para reflexionar sobre la complejidad y las contradicciones de la realidad contemporánea. El trabajo de campo sobre el contexto donde se desarrollará el proyecto y la comparación con otros contextos son las herramientas básicas que utiliza, este hecho comporta que en la mayoría de los casos los proyectos se articulen a través de procesos largos en los que se van configurando los resultados de manera parcial.

Consulado  5.1.

Instalación efímera de medidas variables formada por dos banderas, una placa distintiva, unos volantes informativos y unas escenografías interiores.

Zwalm es una villa flamenca próxima a Gante que organiza un proyecto bienal en el que varios artistas son invitados a realizar intervenciones efímeras en dife-rentes espacios públicos de la población. La cuarta edición de Kunst&Zwalm, como se denomina el proyecto, se realizó en colaboración con la Fundació Espais de Girona y un grupo de artistas vinculados a ella fueron invitados a par-ticipar. El proyecto de Pep Dardanyà, titulado Consulado 5.1, consistió en transformar una casa deshabitada de Rozebeke, una villa del término municipal de Zwalm, en las oficinas de un ficticio Consulado de la República Democrática del Congo, nombre actual del que había sido el Zaire i anteriormente el Congo Belga. Los días previos a la inauguración se repartieron, por los buzones de la población y de otras poblaciones vecinas, unos volantes que anunciaban la apertura del supuesto Consulado y hacían una relación detallada de los servicios que éste ofrecía. El proyecto basaba su eficacia en la recuperación de determinados aspectos conflictivos de la historia belga contextualizándolos metafóricamente en la actualidad. La repentina aparición de una representación diplomática congoleña en una pequeña población como Rozebeke no dejaba de ser chocante, reabría un episodio histórico que todavía actualmente es motivo de orgullo para algunos belgas y de infamia para otros e intentaba restaurar la dimensión política del espacio público para convertirlo en un punto de confrontación y de interacción social.