Dibujando América. Gilda Mantilla y Raimond Chaves

Notas y apuntes de un viaje de 100 días entre Caracas y Lima.

Mayo – Septiembre 2005. Venezuela-Colombia-Ecuador-Perú

Estos dibujos forman parte de una investigación que liga el acto de dibujar a la reflexión sobre un territorio específico, el tiempo, los viajes,  la construcción y el uso de las imágenes.

Puestos a desplegar los mapas de este viaje conviene señalar el singular espacio surgido del solapa-miento de dos territorios: aquel que existe y el que hemos ido inventando y construyendo al hilo de nuestros dibujos…

La “Ye”

En algunos lugares de América Latina se le dice “ye” a lo que en otros sitios se conoce como y griega. En las zonas rurales sobre todo, “La Ye” es un cruce de caminos o de carreteras. Ahí está ambientada por ejemplo la canción El Guayabo de la Ye del colombiano Lisandro Meza.

Este conjunto de dibujos, hechos antes, duran-te y después del viaje, es a su manera una peculiar Ye.

Helado de paila en Sandoná

En el parque del pueblo, los domingos, varios puestos elaboran helado al instante. El heladero, con un cucharón, va añadiendo la mezcla líquida, mientras mantiene la paila en continuo movimiento con la otra mano.

La paila gira y gira sobre pedazos de hielo que una manta mantiene encofrados. A medida que se mueve, la mezcla se va solidificando y el heladero con el cucharón acumula una montañita de helado.

El secreto de todo esto está en el hielo y lo bueno es asistir a la congelación en movimiento.

De que hablan, qué cuentan, a que se refieren estos dibujos…

Entre otras cosas del golfo de Maracaibo, de los edificios que prometían futuro, de los buhoneros caraqueños, de Iván Cepeda levantando el retrato de su padre asesinado, de la Panamericana entre Máncora y Trujillo, de la tristeza por el fin del carnaval.

Del tiempo que no pasa. Del río que se vuelve invisible por el humo de los incendios. De que en todos los países por donde pasamos había un lugar, (pueblo, barrio, vereda, ramada o estadero) llamado “El Placer”…

Descomposición del paisaje

Se sale del Distrito Capital para enfilar la cordillera y de allí descender hacia Los Llanos. El conductor del bus previniendo contra las curvas, las pendientes y el mareo avisa:  “miren a ver no se les descomponga el paisaje”.

Raimond Chaves y Gilda Mantilla